Y hay quien solo ve que una pandilla de vagos y maleantes están viviendo sin pagar y en condiciones infrahumanas, que poca vergüenza tienen! Mira que vivir así, son unos guarros!
Y no se fijan que a esa gente que vive así -muchos sin agua corriente siquiera, sin luz y sin tantas historias que si a nosotros nos faltan media hora nos entra el pánico y no sabemos ni vivir- también le gusta un jacuzzi y una cena en un restaurante apañaete.
Lo preocupante no es que esta noche esta gente tenga un techo donde dormir al resguardo del relente de la fría noche de la ciudad que duerme bajo Sierra Nevada (que es un gran refrigerador). Lo preocupante es que en una ciudad tan pequeña cada vez más personas tengan que recurrir a vivir de una forma tan precaria porque no tienen acceso a una vivienda, y a veces ni para comer.
Lo único que hacen es lo que los gobiernos y juristas no hacen. Tienen el derecho constitucional -como tu y como yo- a una vivienda digna y adecuada (artículo 47 de la constitución), que el estado a través de sus legisladores (las cámaras) debe garantizarles. Pero, ¿Que encuentran? rechazo, marginación y un sin fin de prejuicios.
Lo preocupante no es que alguien entre en una casa abandonada -no está vacía desde ayer ni anteayer-, lo preocupante es que no seamos capaces de cumplir con las obligaciones que nosotros mismos nos impusimos para calmar nuestra conciencia, no seamos capaces de cubrir las necesidades más básicas de los ciudadanos, más aun de las personas, por malas pintas que tengan. Lo preocupante es que en vez de caersenos la cara de vergüenza y reclamar por ese derecho,
la tomemos con estas personas que no viven precisamente como esta gente encargada de desarrollar la constitución y velar por que se cumpla -a quien si que se le podria echar algo en cara-.
Lo preocupante es que a pesar de todo, a pesar de lo que diga la constitución, haya gente sin una vivienda, no digo ya digna, sencillamente sin vivienda, mientras que tenemos cada vez más y más casas y pisos vacíos, y no de 30m2 en el que no vive precisamente la ministra. El problema no es hincharnos a hacer pisillos de mierda, que acabaran estando vacíos e inaccesibles a aquellos que los necesitan. Empecemos por ver que hacemos con la cantidad que tenemos, abandonados, sin mantenimiento y a los que no miramos hasta que un “pies negros” alcanza uno de sus derechos más básicos.
CaRaKoLiLLoS esponjoso
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